miércoles, 1 de junio de 2011

La gastronomía de Madrid posee las tradiciones culinarias propias de la población inicial cuando Felipe II creó la capital, y posteriormente de los pueblos de su propia provincia que fueron aportando sus viandas a la cocina propia de la ciudad de Madrid. Es frecuente comprobar cómo el olor típico de la cocina madrileña es el de la fritura en aceite vegetal: los churros (elaborados en las churrerías), los calamares a la romana, la tortilla de patatas, los bocadillos de calamares servidos en los bares, las patatas bravas, los chopitos, etcétera. los bares y restaurantes despiden este olor por las calles a casi cualquier hora del día. Según algunos autores, Madrid es cocina fruto de las prisas de las tascas y figones, de platos elaborados rápido y mostrando sabores para ser acompañados con vinos de la región.[1] [2] Muchos de los platos que poseen la denominación «a la madrileña» son originarios de las tascas y tabernas madrileñas.

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