miércoles, 1 de junio de 2011

La gastronomía catalana, cuyo origen se remonta a la época de los romanos, es una cocina compleja, rica y variada, con influencias mediterráneas (Francia, Italia, Grecia...), provenzal, árabe y judía.
Riqueza y complejidad, fruto de una Comunidad Autónoma -de seis millones de habitantes, repartidos en 41 comarcas- que ha sabido conjugar, como ninguna, la tradición y la modernidad. Desde las nieves de los Pirineos a las playas de la Costa Brava; desde los templos románicos del valle de Boí (Lleida) y los restos de Tarraco (Tarragona), declarados por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, hasta el moderno Port Olímpic de Barcelona; desde el Call Jueu de Girona al Sitges más gay, desde los modernistas edificios de Gaudí en la Ciudad Condal hasta Figueres, donde nació y murió Salvador Dalí.

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