Los conejos domésticos suelen tener una vida cómoda y relajada, con abundante comida a su disposición. Ellos están aislados y por lo tanto es difícil que contraigan enfermedades infecciosas, pero la falta de ejercicio y el “exceso de cariño” manifestado en forma de golosinas hace que muchos de ellos estén comenzando a sufrir problemas de sobrepeso.
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